Historia

"Hacer vinos es una aventura constante", con esta idea como guía, Santiago Santamaría, crea sus vinos a partir de un viñedo familiar ubicado en Paraje Altamira, Valle de Uco, Mendoza. 

El amor por la montaña, la tierra, los deportes de aventura, los desafíos, por animarse a hacer las cosas de una forma diferente. Todo se conjuga en la personalidad de los vinos de Calamaco.

Calamaco es una bodega unipersonal que elabora solo partidas limitadas de vinos únicos que reflejen la identidad de este viñedo familiar.

Calamaco es un nombre tomado del libro “Martin Fierro”. Es el significado que se le daba al abrigo o poncho que usaba el gaucho criollo, una especie de tejido rustico que lo abrigaba en sus noches a la intemperie.

Sobre nuestros vinos

Los vinos de Calamaco están elaborados en su totalidad con uvas de este único viñedo familiar. Por ser un viñedo que se trabaja a pequeña escala, Santiago puede intervenir durante todo el año para que las uvas tengan características especiales. Poda diferencial en invierno, realeo en primavera, para seleccionar los racimos más resistentes y, si es necesario, deshoje en la pre-cosecha para que la uva esté más expuesta a los rayos del sol. 

Una identidad que se mantiene

El terroir hace su gran trabajo en Calamaco. Define a los nuevos vinos, más elegantes, más complejos y estructurados. Pero al terroir hay que agregarle el trabajo de bodega. Y si van de la mano, como en este caso, el resultado es aún mejor. 

En bodega, el hacedor de vino puede jugar, puede imprimir su propio carácter. Como lo hace Santiago en Calamaco, que intenta transmitir su amor por la montaña, que nació en su infancia en Bariloche; la búsqueda de aventuras, los deportes extremos, y la creatividad puesta en explorar sabores, texturas y olores. 

La Bodega

Pequeños tanques diseñados especialmente para los lotes seleccionados de la finca. De acero inoxidable, baja altura y anchos. Esto permite mayor superficie de contacto del hollejo y líquido, generando una mejor extracción de colores y aromas. 

Luego de la fermentación alcohólica es el momento del trabajo en barrica, que para los vinos de Paraje Altamira resulta fundamental: necesitan tiempo para suavizarse, y llegar a su mejor expresión.